domingo, abril 07, 2019

Origen

¿Dónde naciste, peregrino?
preguntó la tormenta
Le respondí:
donde el nombre de una Rosa
pueda yo sentir
donde un Enemigo
 al que combatir
allí nací
 y allí viviré
 allí donde una Rosa florida
y la muerte sea vencida.

viernes, febrero 15, 2019

A los vientos


Cae fuego del Cielo
 sangre sobre la tierra.
Espera un guerrero sin guerra
de rodillas en gran vuelo
velando por el tesoro.
Del infierno inerte
sube el rugido de Eos
y el hielo de la tierra
al alma le da muerte.
De rodillas revela sus alas
y el aire se torna llama
consumiendo hielo y muerte
escribiendo en oro y alegría:
"dichoso el hombre que camina
contra la corriente del mundo
hierve la sangre de alegría
con el viento en su cabello
y un nuevo nombre para la vida"  

miércoles, abril 11, 2018

Al frente

¡Al frente, camaradas!
Por los cielos de azul
y las miradas blancas

¡Al frente, guerra y fuego!
Cantad la alegría
caminad hacia el Destino

¡Al frente, amor y lealtad!
 Al amigo la lealtad
 a la dama el amor

¡Al frente por toda la Eternidad, batid al Enemigo!
Por la gracia de Dios
que es tu azul, y tu mirada
tu alegría y tu Destino
que es lealtad y es amor
¡y es la salvación del enemigo!


lunes, agosto 07, 2017

Por las almas

Del muro imbatible
venían
las voces de la parca:
Guerrero fiel,
decía la funesta,
nunca vuelvas la mirada atrás
ni amagues la ballesta.
Entona, pues, el canto por Ilión,
en marcha por el gozo de las almas
pues no existe la rendición.
La  batalla
que sabes
nunca podrás ganar
¡ésa es la que nunca debes abandonar!.



lunes, julio 31, 2017

Caídos

Dime, oh Musa, cómo el tiempo se va,
y los amigos y los días,
dime, cuándo perdimos la senda,
y cómo el navegar a puertos seguros
trajo la traición y la molicie.
Que encuentre mi fuerza en Dios,
mi égida en sus mensajeros,
pues lejos estamos de la Patria,
peregrinos entre el oleaje y la calma.
Gracias sean dadas al Eterno,
pues aún conservo la visión de aquella contienda;
allá en el horizonte,
los muros de Ilión,
frontera hacia la Eternidad.
Al oeste, muerte y hades
por quienes abandonaron la edad de oro. 


 
Dice el viento
como lamento de Céfiro,
que ni los niños tienen ya edad prístina,
y los hombres sucumben
ante las fauces de la hydra.
Dice el viento, por tanto,
que arriemos velas,
y que busquemos una patria
donde vivir y morir sin gloria.

¡Céfiro traicionero!,
¡tu arrastras los lamentos de los caídos en la batalla,
aquellos que no creyeron en Ilión,
ni en la égida con la que los “dioses” nos cubrían¡.
El pasado es un fantasma,
dicen los que cayeron,
y que quienes permanecen mirando al este han caído bajo algún hechizo.
Y, entonces ¿dónde queda pues el vigor de la pureza, Espada de Luz?.
Oh, Eterno, oh “dioses”,
¡llevadme siempre hacia al oriente!
¡salvadme del viento engañoso!.
¡Oh, camaradas traidores, que cedéis al canto de las sirenas!.
¡Alzáis la bandera de lo presente!
¡ignoráis que sólo en la castidad hay gloria,
la del eterno presente!